Los estudios han descubierto que desarrollar el hábito de cocinar ayuda a mejorar la calidad de vida, lo que se refleja principalmente en la optimización de los hábitos alimentarios, el ahorro de dinero y la mejora del nivel de salud física.
Cocinar te hace más feliz
Un estudio de 160 adultos demostró que las personas que cocinan a menudo por su cuenta suelen tener una actitud más positiva y muchas menos molestias. Además, las personas que cocinan sus propias comidas son más sofisticadas a la hora de elegir alimentos saludables que las que comen fuera. De hecho, no sólo cocinar uno mismo, compartir la comida con los demás también contribuirá a aumentar su felicidad. Los resultados de un reciente estudio de ocho años en el que participaron 39.000 tailandeses así lo demuestran.
Es más económico cocinar uno mismo
Según un ensayo realizado en EE.UU. durante seis semanas, personas con bajos ingresos tuvieron que recibir formación para ir a la tienda a seleccionar ingredientes y cocinar por sí mismas. Tras un periodo de formación, los investigadores comprobaron que estos grupos habían mejorado mucho su capacidad de gestión financiera. Nunca más te preocupes por no tener dinero para comprar comida.
Cocinar por tu cuenta puede ayudarte a llevar una dieta más sana
Los alimentos altamente procesados son ricos en calorías, sal, azúcar y ácidos grasos saturados. Un estudio realizado en 2008 en el Reino Unido demostró que 51% de la ingesta total de energía procede de alimentos muy procesados. Y si las personas con mejores habilidades culinarias cocinan al menos 5 días a la semana para cocinar, la proporción de calorías obtenidas de alimentos altamente procesados será 3% -4% menor que la primera, lo que equivale a 57-75 calorías. Puede que esta cifra no suene tan alarmante, pero la diferencia se hará más evidente con el tiempo. Por ejemplo, 100 gramos de barritas de chocolate y dos kilos de brócoli contienen calorías comparables.
Cocinar uno mismo reduce el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2
Según un estudio realizado en Estados Unidos, las personas que cocinan para sí mismas entre 5 y 7 veces por semana tienen un riesgo 15% menor de desarrollar diabetes de tipo 2 que el resto. Esta diferencia se debe principalmente al aumento del peso corporal. En el caso de los que se cocinan sus propias comidas entre 11 y 14 veces por semana, los hombres aumentaron sólo 3,02 kg durante el periodo del estudio y las mujeres 2,62 kg; mientras que en otras poblaciones, los hombres aumentaron 3,36 kg y las mujeres 3,85 kg.
Además, las investigaciones demuestran que las personas que suelen cocinar por su cuenta suelen valorar la nutrición de los alimentos, la diversidad de ingredientes y la riqueza del sabor. Esto tiene importantes efectos en la prevención de enfermedades metabólicas como la hiperlipidemia, la hipertensión, la artritis reumatoide y la enfermedad renal crónica.
¿Quién te enseñó a cocinar?
Según una encuesta realizada a personas de Australia e Irán, los investigadores han descubierto que aprender a cocinar en la infancia o la adolescencia puede mejorar mucho la confianza en uno mismo y las habilidades culinarias, y las madres suelen ser las maestras de cocina de los niños. Por lo tanto, para las madres, dejar que los niños adquieran el hábito de cocinar desde la infancia contribuirá a mejorar la calidad de vida de sus hijos.