Los estudios demuestran que el consumo excesivo de sal es perjudicial para la salud de las personas, ya que puede provocar hipertensión arterial y aumentar el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Ya sea a través de actividades de sensibilización o de la intervención de los gobiernos, los programas mundiales de reducción de la sal están cobrando un nuevo impulso.
También Sudáfrica. Hace tres años, China se convirtió en el primer país en aplicar objetivos obligatorios de sal en alimentos básicos como el pan y la sopa. Se cumple así la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reducir la ingesta de sal en 30% para 2025. Sudáfrica pronto reducirá aún más su objetivo de sodio. El planteamiento adoptado en Sudáfrica se dirige a la ingesta inadvertida de sal: se ha añadido sal a los alimentos. Consideran que es la forma más rentable de prevenir la hipertensión arterial, una de las principales causas de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
Los estudios estiman que reducir el consumo de sal cada año puede prevenir aproximadamente 23.000 enfermedades cardiovasculares y 5.600 muertes en Sudáfrica. La nueva ley para reducir el consumo de sal podría ahorrar a EE.UU. $ 51,25 millones en costes de atención sanitaria cardiovascular. Es demasiado pronto para saber si la nueva ley tendrá el efecto deseado en la salud: llevará años conseguirlo. Pero la política sí ha contribuido a reducir el contenido de sal de alimentos básicos como el pan.
En el marco de un estudio de la OMS sobre el envejecimiento global, los investigadores analizaron el consumo de sal en Sudáfrica antes de la entrada en vigor de la nueva ley, y este trabajo se está repitiendo ahora para determinar si ha disminuido. Sudáfrica también ha realizado esfuerzos concertados para concienciar a la población sobre el consumo excesivo de sal y la salud cardiovascular.
Los estudios han demostrado que esto tiene efectos significativos en el cambio de comportamiento de las personas, como añadir sal a los alimentos al cocinar y comer. Pero a medio y largo plazo, ¿producirán estas intervenciones los resultados sanitarios previstos por el gobierno? Los indicadores clave serán la disminución de la presión arterial y la reducción de episodios cardiovasculares como las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares. Esto se debe en parte a que el gobierno está ajustando sus políticas a los nuevos descubrimientos científicos sobre cómo afecta la sal al organismo. Se trata de un campo de vanguardia que científicos de todo el mundo están explorando.
Las investigaciones de los investigadores cuestionan décadas de hipótesis sobre cómo afecta la sal al organismo. Sus hallazgos -y los de otros investigadores internacionales- sugieren que la correlación entre la sal y la salud cardiovascular puede ser más compleja de lo que se pensaba en un principio. Esto, a su vez, demuestra que hay mucho margen para ajustar las políticas de mejora de la prevención y el tratamiento de enfermedades comunes como la hipertensión. Por ejemplo, los investigadores han destacado que la reducción del consumo de sal puede reducir significativamente los efectos nocivos de las hormonas asociadas a un consumo elevado de sal. La presión arterial, la estructura del corazón y los vasos sanguíneos se ven afectados. Esto demuestra aún más la importancia de las políticas dirigidas al consumo de sal.
¿Qué sabemos ahora?
A lo largo de los años, ha habido pruebas convincentes de que el consumo elevado de sal está estrechamente relacionado con episodios cardiovasculares como la hipertensión y las cardiopatías. Pero las nuevas investigaciones han empezado a cuestionar los mecanismos fisiológicos de la relación entre el consumo de sal y la presión arterial elevada. Durante décadas, ha habido un consenso general en los libros de texto de medicina de que el consumo elevado de sal puede provocar sed. Por lo tanto, una mayor ingesta de agua conduce a un aumento del volumen sanguíneo, que a su vez conduce a un aumento de la presión arterial, y finalmente el agua y la sal son excretadas por los riñones y la presión arterial.
Pero el investigador alemán Jens Titze ha descubierto recientemente que la sal se almacena en la piel. Los investigadores han demostrado además que un consumo elevado de sal va acompañado de una pérdida mínima de agua. Estos sorprendentes hallazgos han sido cuestionados por la comunidad científica mundial de la salud, pero también han puesto de relieve la necesidad de realizar estudios más profundos sobre los mecanismos de la tensión arterial.
Los investigadores estadounidenses Alexei Bagrov y Olga Fedorova identificaron otro factor en el modo en que la sal afecta a la salud cardiovascular. La Marinobufagenina es una hormona esteroide con propiedades similares a la sustancia activa que se encuentra en el veneno del sapo Bufo marinus. La función de esta hormona es mantener el equilibrio de la sal, por lo que el organismo produce esta sustancia cuando ingiere una gran cantidad de sal. Pero como respuesta a una ingesta excesiva de sal, los niveles elevados de esta hormona esteroidea pueden provocar un aumento de la presión arterial, afectar a la estructura del corazón y aumentar la rigidez de las paredes de los vasos sanguíneos del animal.
Los investigadores acaban de iniciar su primera prueba en jóvenes sanos, y por primera vez han confirmado una fuerte correlación positiva entre el aumento de la ingesta de sal y el aumento de las hormonas esteroideas. Los investigadores han descubierto que un consumo elevado de sal se ha relacionado con la rigidez aórtica, incluso en personas muy jóvenes. A continuación, los investigadores comprobaron si esto se debía a la hormona esteroidea o a la propia sal. Cuando analizaron los datos de estas dos sustancias, descubrieron que la culpable era la hormona esteroide, no necesariamente la sal. Este esteroide no sólo está relacionado con la rigidez aórtica, sino también con el aumento de la presión arterial y de la masa ventricular izquierda.
Los adultos jóvenes sanos consumen una media de 11,8 gramos de sal (más de dos cucharaditas) al día. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir menos de 5 gramos (una cucharadita) de sal al día. Conclusión Los resultados de las últimas investigaciones indican que Sudáfrica debería reducir la sal en los alimentos básicos para reducir aún más la ingesta diaria de sal. Estas pruebas también apoyan firmemente la continuación de las campañas de concienciación pública para reducir el consumo excesivo de sal y proteger la salud cardiovascular.