A mucha gente le gusta comer yema de huevo salada, que no sólo es deliciosa, sino que también tiene un fuerte aroma. Después de cortarla, sale un aceite rojo. Este aceite es en realidad la grasa de la yema.
En circunstancias normales, la grasa de la yema está casi totalmente presente en una buena forma emulsionada unida a la proteína. Tras el remojo en agua salada, la proteína de la yema sufre coagulación y desnaturalización, y se separa de los lípidos. Una vez acumulada la grasa, se produce el fenómeno de la "salida del aceite".
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El valor nutritivo de la yema de huevo salada se aproxima al de la yema de huevo fresca, y contiene proteínas, lecitina, vitaminas y minerales de alta calidad. Durante la maduración de la yema de huevo salada, el contenido absoluto de grasa casi no varía, pero debido a la pérdida de agua, el contenido relativo de grasa de la yema de huevo aumenta gradualmente, hasta 30% o incluso más de 40%. Con el progreso del marinado, el contenido de sal y la producción de aceite siguen aumentando, el color del aceite se hace más vivo, la viscosidad se hace más espesa y produce un sabor especial, y el sabor es mejor.
Se recomienda no comer más de medio huevo salado cada vez, mientras se ingieren otros alimentos ricos en sal y condimentos que contengan sodio, y prestar atención a beber mucha agua o comer algunas frutas y verduras frescas.