¿Reducir el desperdicio de alimentos protegiendo su salud?

En todo el mundo se desperdicia un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano. Además, el cambio climático provocado por el desperdicio de alimentos y la menor eficiencia en el consumo de tierras, fertilizantes y agua dulce han dañado aún más los recursos del planeta.

Por otro lado, se calcula que si no se toman más medidas para frenar el aumento de las tasas de obesidad, el coste mundial del tratamiento de las enfermedades relacionadas con la obesidad aumentará considerablemente en la próxima década. Es bien sabido que las enfermedades crónicas prevenibles son la principal causa de mala salud, como las cardiopatías coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, ciertas formas de cáncer y la diabetes de tipo 2 y otras enfermedades relacionadas con la obesidad y las dietas poco saludables.

Ay, pero podemos resolver juntos los dos problemas principales de la obesidad y el despilfarro de alimentos.

Reduce food waste
Reducir el desperdicio de alimentos

Evitar el consumo excesivo

El consumo excesivo también se conoce como "despilfarro metabólico de alimentos", que se refiere a la ingesta de alimentos que superan las necesidades nutricionales. Esta dieta puede provocar sobrepeso y obesidad.

Una de las directrices dietéticas representativas es: "Para alcanzar y mantener un peso saludable, manténgase físicamente activo y elija la cantidad adecuada de alimentos y bebidas nutritivos para satisfacer sus necesidades energéticas".

En 2013, los investigadores identificaron tres principios para una dieta saludable y sostenible. el primero es:

Cualquier ingesta de alimentos que supere el consumo personal de energía provocará cargas medioambientales que de otro modo podrían evitarse, como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso excesivo de los recursos naturales y la presión sobre la biodiversidad.

Reducir el consumo de alimentos procesados y envasados

Los alimentos excesivamente procesados no sólo fomentan la obesidad, sino que también suponen una enorme amenaza para nuestro medio ambiente. Esto no sólo se refleja en la fabricación y distribución de los alimentos, sino también en la forma en que se manipulan. Según las estadísticas, los envases alimentarios (botellas, recipientes, papel de embalaje) representan casi dos tercios del total de residuos de envases.

Los alimentos ultraprocesados contienen muchas calorías, azúcares refinados, grasas saturadas y sal. Estos productos se formulan y comercializan para promover un consumo excesivo, que puede conducir a la obesidad.

El escritor de marionetas Michael Poland lo expresa mejor: "No comas nada que tu bisabuela considere que no es comida".

¿Qué tenemos que hacer?

Ante la carga económica y medioambiental que supone la ingesta de comida basura, el Gobierno Federal australiano espera reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en el país de aquí a 2030. En respuesta, el Gobierno tiene previsto destinar $ 133 millones de dólares en los próximos diez años a la investigación de temas relacionados, y los sectores sanitario y económico colaboran para hacer frente al desperdicio de alimentos y la obesidad. Otros países, como Brasil y el Reino Unido, han destacado el vínculo entre salud y sostenibilidad medioambiental en sus directrices dietéticas.

Uno de los cinco principios rectores de Brasil establece que el asesoramiento dietético debe tener en cuenta el impacto de los medios de producción y distribución en la justicia social y el medio ambiente. Las directrices dietéticas nacionales de Qatar dicen claramente "reducir las sobras y el desperdicio".

Dada la repercusión del desperdicio de alimentos y la obesidad en la economía y la salud de nuestra población y del planeta, reducir el desperdicio de alimentos puede resolver dos grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad hoy en día.

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