Muchas personas de mediana y avanzada edad tienen la costumbre de preparar té con cáscara de naranja. La cáscara de mandarina tiene el efecto de refrescar, antipirético, antiflogístico y apetitoso. Después de beberla, tiene el efecto de aliviar la tos y resolver la flema, pero ahora la situación está cambiando.
En los últimos años, la mayoría de los fruticultores utilizan conservantes para remojar las naranjas antes de ponerlas en el mercado. El conservante puede inhibir la invasión de bacterias y prolongar el periodo de conservación, lo que no tiene ningún efecto sobre la pulpa de la naranja, pero hay toxina en la cáscara. Además, es difícil lavarla con agua limpia. Si se prepara y se bebe té, es perjudicial para el cuerpo humano.
Además, los naranjos sufren a menudo enfermedades y plagas de insectos. Para prevenirlas, se suele utilizar un gran número de pesticidas desde la floración hasta la fructificación. Estos residuos de pesticidas en la superficie de la cáscara de naranja se disolverán con agua hirviendo. La gente bebe este tipo de té, e incluso la toxina se absorberá conjuntamente.